Nuestro sistema consiste en una perfiladora de rodillos montada sobre un furgón, en la que se inserta una lámina de un rollo de aluminio prelacado, de cobre natural o de zinctitanio, con la que se producen los canalones instantáneamente. De esta forma podemos fabricar los canalones en obra y a la medida que nos requiera cada tramo y sin juntas ni empalmes que suelen producir fugas de agua.
A diferencia de otros materiales utilizados en la fabricación de canalones (P.V.C., chapa...), los materiales utilizados, el aluminio prelacado, el cobre o el zinc, tienen un comportamiento adecuado a los cambios climáticos, soportan muy bien las tensiones de dilatación y tienen una vejez mucho mejor que cualquier otro material.
La resistencia mecánica de los canalones y bajadas de agua, conseguida mediante una técnica especial de perfilado, es absolutamente incomparable.
El canalón, ya sea tipo cornisa, redondo o cuadrado no tiene ningún tipo de juntas, con todas las ventajas que esto conlleva. Su instalación se lleva a cabo mediante un taller móvil que, con herramientas especiales, fabrica en continuo en la propia obra.
El aluminio prelacado con un material de 25 micrones es el principal elemento de la composición, que ofrece una garantía por diez años, después del estudio del lugar.
El aspecto del canalón está diseñado para que forme un conjunto armónico con la edificación en la que va instalado, deshaciendo así la clásica ruptura entre vivienda y canalón. El canalón va en forma de cornisa, en forma redonda o cuadrada sin juntas, uniéndose a codos y bajadas de agua rectangulares o redondas de aspecto acanalado, aparentemente sin fijaciones. Este sistema permite la utilización de 15 colores diferentes si es en aluminio, adaptándose a la estética de cada construcción y al entorno natural de la zona, creando un conjunto armónico.
Además de todas las ventajas reseñadas, el coste no supera el de otros sistemas clásicos, bastante más engorrosos.
La colocación se realiza con arreglo a las normas, tomando en cuenta los metros cuadrados de cubierta, la inclinación y la pluviometría de cada región, y calculando las bajantes necesarias para el desagüe correcto de las aguas.